La teledetección, mediante satélites, aviones y drones, es crucial para monitorear la Tierra y estudiar los recursos naturales. Proporciona información detallada a gran escala sobre procesos naturales y antropogénicos, imposible de obtener con métodos tradicionales. Los satélites captan no solo la luz visible, sino también radiación en el infrarrojo cercano, térmico y ultravioleta, brindando datos sobre temperatura, vegetación, humedad y contaminación atmosférica.
Estas capacidades, junto con algoritmos especializados, mejoran la interpretación de la información recopilada. La teledetección ofrece ventajas como la obtención de datos en tiempo real, permitiendo la monitorización constante de cambios en la superficie terrestre. Estos datos son vitales para la gestión de recursos naturales, la prevención de desastres, la evaluación del impacto ambiental y la toma de decisiones informadas en sectores como agricultura, minería e infraestructuras. Estas características son esenciales para entender el cambio climático, ya que los datos teledetectados son clave para modelar tendencias climáticas, monitorear su impacto y planificar medidas de mitigación y adaptación adecuadas.